Review de God of War (PS4, PS5 y PC), videojuego de acción en tercera persona desarrollado por Santa Monica Studio.
Para entender el cambio de paradigma que implicó el último God of War (el de 2018) para la franquicia de Santa Monica Studios, solo hay que revisar sus primeros minutos. Hasta ahora, todos los juegos de la saga comenzaban con una pequeña introducción que daba lugar a un enfrentamiento lo más over the top posible. Por el contrario, el título de PS4 empieza con Kratos de pie frente a un árbol con una marca con forma de mano. El antiguo dios de la guerra se acerca al tronco y, luego de tocarlo con una caricia sumamente gentil, enarbola su hacha y comienza a cortarlo. Este acto tan simple, que representa el paso de la calma a la violencia en un contexto mundano, es una declaración de intenciones bastante clara: Kratos ya no es un guerrero, pero la violencia sigue siendo su principal lenguaje.
El dios más “humano” hasta la fecha
De este modo, la historia de God of War podría resumirse como dos viajes que se realizan de forma paralela: por un lado, el periplo que Kratos y su hijo Atreus emprenden para esparcir las cenizas de su esposa y madre respectivamente en lo alto de una montaña; y por el otro, el recorrido interno que Kratos realiza para trabajar esa dualidad presentada en los primeros minutos con el objetivo de ser un mejor padre (porque sí, el monstruo que destruyó el panteón griego sigue dentro suyo).
Desde luego, este cambio de perspectiva para el protagonista viene acompañado de una propuesta narrativa diferente que se distancia en muchos sentidos de las entregas pasadas. Pasamos de juegos que trataban de presentar una propuesta “adulta” por medio de violencia explícita (que rozaba el gore) y algún que otro minijuego sexual, a una experiencia más bajada a tierra, que muestra un enfoque más “humano” del dios de la guerra y donde no resulta extraño afirmar que el tema fundamental es “la familia” (representada principalmente en la relación de Kratos y Atreus).
Por suerte, el guion no es lo único que está a la altura de esta nueva búsqueda. Desde mi perspectiva, estamos ante la propuesta estética más interesante de la franquicia, y no por los gráficos (que son lo que cabría esperar de un exclusivo de PlayStation), sino por el diseño de los entornos o el uso de las paletas de colores; hay escenas que efectivamente parecen ser de otro mundo. En este sentido, está claro que hay que resaltar el hecho de que todo el juego se desarrolla por medio de un plano secuencia que se traduce en una obra sin cortes explícitos y evidentes, dotando el todo de un “aura” más cinematográfica que ayuda a enfatizar el cambio de tono.
Un sistema de combate totalmente nuevo
Dicho esto, el otro gran cambio en relación a las entregas pasadas se encuentra en el apartado mecánico. El título abandona el género hack and slash para transformarse en un action-rpg con referentes bastante claros (sí, los juegos deHidetaka Miyazaki). Sin embargo, creo que consigue construir una personalidad propia sobre la estructura souls-like: ya no tenemos en frente un juego que consiste en apretar cuadrado o triángulo de forma exacerbada hasta que el enemigo de turno se muera, pero tampoco una aventura altamente desafiante que te pone a prueba constantemente. God of War es un ida y vuelta constante donde es tan importante atacar de diferentes maneras como cubrirse con el escudo, esquivar o hacer un parry y que, con el pasar de las horas, consigue hacer que nos sintamos como la máquina de matar que solía ser Kratos.
Si bien es cierto que dicha evolución en “cómo nos sentimos” a la hora de combatir se da de forma natural y progresiva (por medio de las habilidades que desbloqueamos y por cómo nos vamos acostumbrando al gameplay), también es verdad que el componente RPG termina haciendo que objetos como las mejoras de las armaduras sean más importantes que nuestra habilidad con el control, hecho que resulta un despropósito teniendo en cuenta lo aceitado que está el combate.
Finalmente, me parece necesario resaltar que a todo esto se le suma Atreus, cuya relevancia excede su claro peso en la historia. La relación que vamos construyendo con el hijo de Kratos termina permeando toda la experiencia, incluso los combates (donde consigue tomar un rol protagónico en el tramo final de la aventura). Además, siguiendo con el cambio en el enfoque narrativo, creo que el título hace un trabajo increíble a la hora de desarrollar la relación con Atreus desde los “pequeños momentos”: los pedidos de historias mientras navegamos, las reacciones inesperadas de un niño ante situaciones que lo superan o el dolor de un padre a la hora de tomar decisiones difíciles de entender, hacen de ese vínculo algo distinto.
Un clásico que marcó una generación
El gran logro del God of War de 2018 es redefinir una figura tan icónica como Kratos y conseguir que sea relevante por razones muy diferentes (y para mí, más interesantes) a las que lo hicieron grande en un primer momento. Con respecto a la versión de PC, desde luego que la posibilidad de disfrutar de la obra con mejoras gráficas se agradece, pero lo que realmente me alegra es el hecho de que una mayor cantidad de jugadores podrá disfrutar de un título que supo marcar una generación.
God of War está disponible en PS4, PS5 y PC. Podrás encontrar más información y guías sobre el videojuego en nuestra cobertura.
| Modos de juego | Un jugador |
| Duración | 20-25 horas |
| Rendimiento | Sin problemas |
| Idioma | Voces y textos en español |
| Accesibilidad | Sin opciones |
| ¿Debo jugar la saga God of War antes de empezar el de 2018? | El juego cuenta con ciertas referencias a entregas anteriores, pero presenta una historia totalmente nueva para Kratos |
| Desarrolladora | Sony Santa Monica Studio |
| Editora | Sony Interactive Entertainment |
| Plataformas | PS4, PS5 y PC |
| Plataforma de reseña | PC |
