Llegamos a 2019 en un trayecto de lo más diverso y emocionante, una historia repleta de giros argumentales y con futuras secuelas a confirmar. El anuncio que más importancia cobra de momento es el de Google Stadia. La posibilidad de jugar sin instalar nada es un sueño, más allá de si la situación económica de cada uno permitiría cumplirlo tarde o temprano. Google Stadia se desmarca de Playstation Now y otras muchas formas de jugar en las nubes debido a su potencia, la cual duplica a las consolas de actual generación. Si todo sale bien tanto para Google como los jugadores, podría ser un cambio de paradigma, y si las cosas no salen como lo esperado, quedará como el inicio de algo que, en algún momento, tendrá que cumplirse.
Estamos viviendo una época espectacular, una segunda versión de lo que fueron los 90’ en novedades para los videojuegos.
La realidad virtual y la realidad aumentada sembraron una jugabilidad inmersiva, algo que parecía ciencia ficción hasta hace poco. Las consolas siguieron un camino mucho más delicado, donde las generaciones serían fragmentadas entre sub-generaciones, tanto para estirar la vida útil de las plataformas como para darle más competencia a la poderosa PC. Nintendo Switch, propuso un híbrido entre consolas de sobremesa y portátiles, una de las invenciones que más comodidad y flexibilidad les da a los jugadores.
Steam, casi como un monopolio en los compatibles, recibe una competencia directa con Epic Games Store y se introduce la batalla de exclusivos entre una y otra plataforma. Por último, pero no menos importante, si todo lo anterior se barajaba como un futuro en la industria, Google Stadia saluda al mundo con una propuesta que muchos ignoramos por falta de presupuesto o desconfianza, pero de funcionar correctamente, los juegos del hambre iniciarían de manera espontánea.
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