Inside supera toda forma de entretenimiento. Una vez completado, tu cabeza explora las posibles lecturas para ese enorme final, que se resignifica en loop, y que intentaremos explicarte en esta nota
Desde el primer momento sabíamos hacia dónde ir. Corríamos, nadábamos, huíamos de los enemigos, pero siempre buscábamos la puerta de salida, la ventana, el agujero en la pared, para avanzar a la siguiente locación.
Nos dirigíamos sin cuestionamiento hacia la cúspide de un relato macabro que se nos hace conocido.
Probablemente, el control del niño nunca lo tuvimos nosotros. O al menos una parte, porque nosotros éramos controlados por alguien más, un ente que nunca podremos conocer.
El final de Inside genera varias lecturas. Algunas de ellas se aferran al sentido más literal de la obra. En medio de una distópica ciudad, somos un sujeto de pruebas huyendo de un cruel experimento, realizado por un grupo de científicos instalados en un establecimiento a las orillas de la costa. Su objetivo es el control de las masas, la creación de una colmena humana.
En el desenlace, la masa de carne con extremidades vivas es observada por científicos, quienes parecen saber que nosotros iríamos a parar allí. El camino sigue, hasta que finalmente nos distraen con una caja, enfocándonos con una luz cenital y recibiendo la observación constante de una multitud de personas en el fondo de la escena.
A pesar de todo, logramos escapar. O le dimos el gusto a ellos.
También hubo interpretaciones que apuntaban a una metáfora del comunismo, con la lucha del proletariado para revelarse ante las clases dominantes.
La escapada de un sistema en el que se utiliza la coacción y recibe como consecuencia la dominación de las grandes élites. Como individuos, mucho no podemos lograr, por lo que es necesario la unión de la comunidad. Finalmente se logra, ejecutando la revolución del proletariado.
Sea cual fuere la lectura, huyendo de experimentos macabros, intentado derribar el sistema, o cualquier significación que le hayamos querido dar al cierre de la narrativa, hay algo que se mantiene intacto en cualquiera de las interpretaciones, y es que el videojuego vuelve al inicio, desde el final. Una, y otra vez.
Siempre supimos a donde ir, porque alguien nos marcaba el camino. La libertad, la huida que anhelábamos, fue observada y manipulada hasta el último momento.
El final secreto de Inside es el que propone la lectura más densa de la obra. Porque dejar de ser sujetos, escapar de esa distópica cárcel ideológica, es casi imposible.
El único desenlace, la única escapatoria de ese extraño mundo, está en su destrucción, y justamente, es lo que se observa en el final secreto de Inside.
El protagonista encuentra una palanca que, al accionarla, provoca un enorme apagón. El mundo desaparece por completo. Ya no hay nada por lo que luchar, nada que controlar.
La oscuridad consume gradualmente los colores de la escena, el sonido se desvanece, y la obra agota su significado.
Encontramos el fin a la manipulación, el control, y la vida.
Escapamos.
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También hubo interpretaciones que apuntaban a una metáfora anti política, con la lucha de los trabajadores para revelarse ante las clases dominantes de los comunistas o capitalistas. No confundas, escritor. Los gobernantes no distinguen la política para llegar a gobernar y ambos bandos son gobiernos controladores.