
Análisis de Final Fantasy XVI (FF16) en PS5, videojuego RPG de acción desarrollado por Square Enix.
Final Fantasy es sinónimo de muchas cosas. Además de ser una de las sagas más grandes de rol de todos los tiempos en los videojuegos, siempre se la relaciona con productos de mucha calidad. Sus historias cuentan crónicas que involucran, entre muchos temas, acción, romance, misterio, muerte, política, ecología, magia y que siempre encuentran la forma de sorprender a los jugadores. Final Fantasy XVI se presenta con una premisa de querer explotar la potencia que tiene la consola Playstation 5 y a sentar una nueva base en lo que a juegos del género RPG se refiere. ¿El “fichin” de Square Enix habrá logrado alcanzar todas las expectativas? Podemos decir que en muchos aspectos sí, pero en otros se queda a mitad de camino.
Una apuesta fuerte a la acción

Final Fantasy XVI nos pone en los zapatos de Clive Rosfield, un joven que formaba parte de la nobleza y es devenido a mercenario por el destino, cuya única motivación es vengar la muerte de su hermano Joshuaa manos de un enorme gigante de fuego que no debería existir. La aventura va llevando al joven héroe a crecer como humano, relacionarse con mucha gente y transformarse en un líder de una revolución. En un relato que tiene guerra, muerte y muchos personajes, la pelea por losCristales Madre (enormes reservas de energía dispersas por el mundo) sobre la tierra de Valisthea es cruda y está llena de sorpresas.
Todo esto está contando por misiones que tienen como plato principal batallas y enfrentamientos que explotan al 100% la potencia de la consola, logrando escenas espectaculares que pueden ir de batallas entre enormes invocaciones, llenas de magia y colores, a crueles enfrentamientos entre miles de soldados de diferentes facciones. A nivel cinemáticas es de lo mejor que se le vio a cualquier Final Fantasy o videojuego hasta la fecha.
Y es que las aventuras de Clive lo valen por la acción que generan. El título desarrollado por Square Enix está bien pero, si no fuera por su espectacularidad muy bien utilizada, estaríamos hablando de un rpg del montón que tiene un buen relato.
Una historia sobresaliente que está siempre al alcance de la mano
El otro punto alto de Final Fantasy XVI está en su historia y cómo es presentada al jugador. En un intento de que no se pierda nada de este relato más maduro, con personajes bien guionados y con mucha personalidad, Square Enix se esforzó en que cada uno de sus usuarios pueda conocer cada detalle de lo que está pasando y de lo que ya ocurrió en Valisthea.
Con solo presionar el botón del centro del Joystick de Playstation 5, se puede activar una sección donde aparece toda la información que se sabe de los personajes y lugares involucrados en ese momento. Luego se introduce al jugador un personaje que recolecta toda esta información y la brinda si se lo visita. Más adelante en la historia, es posible hablar con un NPC que relata distintos pasajes del pasado de Valisthea, la vida de Clive y de sus enemigos.
Un Final Fantasy de la nueva generación

Si hay algo que caracteriza los juegos que aparecen en esta nueva generación de consolas, es la gran cantidad de accesibilidad y lo mucho que están dispuestos los desarrolladores a abrir las puertas a nuevos consumidores. Final Fantasy XVI es un excelente punto de entrada para la saga. Si bien cada uno de los juegos cuenta una historia redonda, lo que sí comparten los diferentes títulos son distintos elementos mágicos y fauna. Así que es posible experimentar toda la historia sobreClive Rosfield y luego saltar a cualquier otro Final Fantasy si te pica la curiosidad.
Volviendo a lo que marcamos sobre la accesibilidad, Square Enix se tomó el trabajo de generar muchos sistemas, muy claros en su mayoría, para que nadie se quede afuera. Por ejemplo, el sistema de batalla tiene la capacidad de parecer complejo y super customizable, pero en realidad es muy sencillo realizar los combos y accionar las habilidades. Con muy poca práctica es posible lanzar grandes ataques y barrer con los enemigos en pantalla en un abrir y cerrar de ojos.
Problemas de ritmo e identidad

A pesar de contar con secuencias de acción magníficas y un sistema de batalla a la altura de un excelente juego de acción, muchos de los elementos que complementan Final Fantasy XVI parecen faltos de inspiración y desarrollo. Los distintos menú cuentan con elementos que quitan la inmersión por completo y son lentos de navegar. Otro gran problema es que cada vez que se completa una misión (principal o secundaria) o se sube de nivel, una pantalla estática nos da el aviso y luego otra las recompensas, pudiendo pasar varios minutos entre ellas, cortando en seco la música que estaba de fondo y destruyendo por completo el ritmo de la aventura.
Otro detalle es que, en el afán de no abrumar al jugador, hay muchos elementos que van apareciendo muy espaciados durante la aventura. Algunos de ellos, como por ejemplo un sistema de cacería de enemigos, una forma de armas y equipamiento interesante o los puntos de reputación que se obtienen de las misiones secundarias, pueden llegar después de más de 20 o 25 horas de juego.
En definitiva, Final Fantasy XVI termina siendo un muy buen título de acción, con un sistema de batalla divertido de usar y con una historia madura e interesante, que tiene algunos toques de RPG.
Sí, la decisión de Square Enix de salirse del camino de un juego de rol más clásico, que incluya grupos de compañeros, magias y equipos con elementos que tengan ventajas y debilidades y una mayor customización general del personaje, se siente un poco extraña. Lo bueno es que esa sensación dura poco y mientras se va armando la aventura de Clive Rosfield por las diferentes épocas de Valisthea, se hace muy difícil soltar el mando para descansar o jugar otra cosa.
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