
Uno de los objetivos más difíciles en el desarrollo de un videojuego es dejar un sello de originalidad en cualquiera de sus apartados. En el género “Survival Horror” por ejemplo, se cae muchas veces en el cliché de los gritos imprevistos, ocasionando que las desarrolladoras indaguen en diversas y nuevas formas de asustar al jugador.
Tequila Works es uno de esos estudios que si bien, todavía no ha logrado concretar un videojuego sin meter la pata en algo, reluce por los estilos que les brinda a sus obras. Como ejemplo puedo nombrar “Rime” un título excelente en cuanto lo artístico, logrando que cualquier jugador que le ponga las manos encima, recuerde en el futuro como mínimo, uno de los escenarios por los que transcurrió la aventura. Otro videojuego es “Deadlight”, el cual, por este y otros motivos, seleccioné para recomendar el día de hoy.

Deadlight es una obra catalogada dentro del género “survival Horror” y desarrollada por Tequila Works. Su lanzamiento fue originalmente en el año 2012 para XBOX 360 y PC. En 2016 tuvo una revisión titulada “Deadlight: Director’s Cut” la cual, no aporta lo suficiente como para plantear una segunda compra, pero sí es un excelente punto de entrada para aquellos jugadores que nunca disfrutaron del videojuego.

La trama de Deadlight transcurre en el año 1986, en una Seattle devastada por una infección que tuvo su origen hace aproximadamente cuatro meses. Dicha infección afecta a las personas convirtiéndolas en lo que comúnmente llamamos “zombies”. Nosotros controlaremos a Randall Wayne, un ex guardia Forestal que tiene como objetivo hallar a su familia en medio de todo el caos y reunirse nuevamente con su grupo de supervivientes.
Deadlight cuenta con momentos interesantes e incluso, logra atrapar al jugador con algún que otro giro argumental. En algunas secciones, el juego narra la historia mediante cinemáticas las cuales fueron construidas con un fuerte estilo cómic, muy presente a lo largo de toda la aventura. Lo único que puede ocasionar una sensación agridulce en cuanto la campaña, es la duración: unas tres horas si vamos directo a por el objetivo y hasta cinco horas si buscamos coleccionables.

Jugablemente, Deadlight comprende una gama de mecánicas simples. Randall Wayne puede saltar, rodar, correr y en cuanto al combate, cuenta con armas cuerpo a cuerpo y de fuego. Los controles escapan de lo complejo debido a que Deadlight es un videojuego de “Scroll vertical”, por lo cual, apuntar con un revolver o golpear con un hacha queda relegado a la rapidez más que a la puntería, contando con un “láser” que indica donde disparar.

A lo largo de la aventura serán muchas las veces en las que tendremos que avanzar por secciones claves en el escenario, esquivando a los infectados -llamados “sombras”-. De lo contrario, el combate nos dejaría con muy poca vida o en su defecto, nos ocasionaría la muerte. Para evitarlo, buscaremos ventanas, cuerdas, escaleras y vigas para trepar y justamente, huir del peligro. Pero eso no es todo. Si por un lado la vida es fácilmente reducida ante las garras de las sombras, nuestra resistencia ante los saltos y los momentos de huida se verá afectada por otra barra la cual indica la energía disponible de Randall Wayne. La tensión dirá presente en cada minuto de la aventura y es allí donde Deadlight encuentra un fuerte contenido survival horror.

También encontramos secciones de rompecabezas, donde nuevamente, la tensión es principal protagonista y la resolución es apresurada por la horda de enemigos que acecha desde las sombras y no tiene miedo de fastidiarnos la partida. Nos toparemos con trampas las cuales debemos activar o desactivar, dependiendo el uso que le queramos dar: ¿desactivar la trampa para avanzar o activarla y atraer a las “sombras” hacia ella? La decisión queda en manos del jugador.
Las secciones de huida y rompecabezas conforman la dualidad principal en cuanto a lo jugable. La dificultad podría situarse en ocasiones, dentro de lo consideramos difícil, pero Tequila Works se encarga de eliminar las frustraciones al añadir puntos de control de manera constante en nuestro camino hacia la supervivencia absoluta. Así también, se salva otro de los problemas que exponía las deficiencias en las mecánicas. Por ejemplo, dar un salto desde una viga hacia una ventana y caer al vacío porque nuestro personaje no logró sujetar el borde. Al encontrar puntos de control cercanos, evitamos la frustración, por más que la mejor solución debería haber sido un mejor pulido en algunas mecánicas jugables.

El apartado artístico de Deadlight es probablemente, lo mejor del conjunto. Todo está realizado con un estilo que guiña a los comics, aunque tampoco se aleja de modelados en tres dimensiones con cierta mística post-apocalíptica.
El plano principal brilla en detalles y logra darnos la sensación de ruina en una Seattle que perdió mucho de sí. Todo se complementa con un fondo (plano secundario) trabajado con el mismo ojo detallista, que jugará con el “Scroll vertical”, ocasionando que “sombras” las cuales se encontraban lejos de nuestra perspectiva -y pensábamos que eran una simple animación- se acerquen al plano principal y comiencen a atacarnos.

Eso sí, tanto la historia como la ambientación no podrían haber llegado muy lejos si el sonido no se lograba como sí sucedió en Deadlight. El silencio de las calles sin ningún tipo de vida, el rompedor ruido de la lluvia o el tenso quejido de las “sombras” inflan una atmósfera que ya de por sí, ganó mucho músculo por el estilo artístico.

Deadlight es un videojuego que podría haber dado muchísimo más de sí. No te llevarás una historia totalmente memorable ni una experiencia que marque un antes y un después dentro del género Survival horror. Pero su marcado estilo audiovisual y sensación de peligro constante logran ser las excusas perfectas para olvidarse de las pequeñas falencias del juego y activar el chip de superviviente en la peligrosa Seattle de 1986. Es un título equilibrado generalmente, reluciente en lo artístico y recomendable si buscas un videojuego de terror distinto para pasar el rato.
Su versión Director’s Cut es actualmente la definitiva para la introducción en la obra, aunque recomiendo encarecidamente que sea adquirido en alguna oferta, debido a su escaza duración y poca rejugabilidad.
- Algo positivo a destacar: El apartado artístico. Su sensación de supervivencia.
- Algo negativo a destacar: Le falta chispa a la historia.
- Duración: 3 horas.
- Modo en línea: No.
- Disponibilidad: Playstation 4, XBOX ONE, XBOX 360 y PC.
- Plataforma de reseña: PC.
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