DmC – Reseña

La saga Devil May Cry es una imprescindible del género Hack and Slash. En el año 2013 y de la mano de Ninja Theory, recibió un reboot titulado “DmC” donde veíamos ligeros retoques en los personajes principales y una trama que volvía a nacer, como es debido.

Esta entrega recibió una cantidad despreciable de prejuicios y posteriormente, injustas críticas por la comunidad de jugadores, logrando que al cabo de un tiempo, DmC quede en el olvido. Lo que muchos no supieron es que es uno de los mejores Hack and Slash recibidos en los últimos años y el día de hoy, te vas a enterar por qué. ¡análisis!

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Dante sigue siendo el foco de atención

DmC es un reboot, no hace falta que juegues ningún Devil May Cry para entender la historia o la filosofía de los personajes principales. Sin embargo, muchas cosas se mantienen intactas, principalmente -e irónicamente- en Dante, quien sigue siendo el foco de atención del producto como un protagonista creído y con un sentido del humor bastante grosero, aunque al fin y al cabo, carismático.

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La trama principal de DmC gira en torno a nuestro tan querido Dante, quien se envuelve en una serie de conflictos por descubrir sus orígenes y la verdad en su forma de ser: Dante no es una persona cualquiera, lo sabe él y el mundo que lo rodea.

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La trama de DmC es totalmente disfrutable para todo tipo de jugadores

Si bien la historia es en lo que menos se ha enfocado la saga Devil May Cry, en esta ocasión, hay un notable esfuerzo por captar la atención del jugador mediante un puñado de villanos y aliados muy bien construidos que nos estarán acompañando a lo largo de la aventura. No solo hay momentos narrativos muy buenos, sino que para los jugadores que vienen con la “medalla de veterano” recibirán por un lado, escenas “fan service” y por el otro, giros que ni ellos se esperan. La trama de DmC es totalmente disfrutable para todo tipo de jugadores.

Como mencioné recientemente, Dante no es una persona cualquiera, así como en la saga original, tiene una gran capacidad para la lucha y en esta entrega, todo se llevará más allá con una serie de mecánicas de combate realmente adictivas.

Hay armas enfocadas en el cuerpo a cuerpo y otras utilizadas para la distancia

En DmC se nos despliega sobre la mesa un contundente arsenal de armas muy diferenciado entre sí. Esto da una grata sensación de renovación en cada capítulo de la historia, donde cada arma provoca un efecto distinto en el enemigo, aunque lo mejor de todo se logra en la combinación entre estas. Es así como a medida que progresamos en la campaña, sentiremos un aumento del poder en Dante, con combos más variados e intensos y escenas de combates tan frenéticas que tendremos que pausar el juego para respirar tranquilos.

Hay armas enfocadas en el cuerpo a cuerpo y otras utilizadas para la distancia. Ninguna dará la sensación de relleno, todas pueden ser utilizadas en el momento que nos parezca adecuado y concluir en combates destructivos si las combinamos correctamente con otras. Como en la saga original, contamos con la posibilidad de mejorarlas mediante puntos obtenidos de nuestros enemigos y elementos del entorno. Cada mejora puede darle a Dante un aumento considerable de vida, daño o nuevos combos para cualquier arma seleccionable.

La curva de dificultad es perfecta

En cuanto la dificultad, algo que en cada Devil May Cry fue marcado por ser difícil, en esta ocasión encontramos un equilibrio perfecto. Si venimos de las entregas originales, podríamos jurar que DmC es un juego muy fácil. La realidad es que la dificultad en DmC es la correcta y se desenrolla en la aventura de manera creciente. El arsenal de armas, los combos que podemos realizar y algunas mejoras obtenidas, sirven para que la dificultad no nos golpee tan fuerte como sí ocurría en el pasado. Por otro lado, la presencia de puntos de control y guardados automáticos aparta hacia un lado uno de los puntos que al fin y al cabo era la base principal en la dificultad de la saga original: el hecho de tener vidas limitadas.

Sin embargo, si todo esto te parece una falta de respeto para los orígenes de la saga, siempre podes contar con los grados de dificultad más altos, seleccionables en el menú principal y hechos para los más exigentes. Entre ellos encontramos el mítico Dante debe Morir, por ejemplo.

Los enemigos a los que haremos frente son variados e irán suponiendo un problema mucho más notable a medida que transcurre la trama. En un principio y como es de esperar, serán fáciles de combatir, pero poco a poco ganarán nuevos atributos que nos plantearán nuevas formas de enfrentarlos. En cuanto los jefes, el diseño de cada uno está realizado al detalle, dándoles una ambientación determinada a cada uno para que ofrezcan sensaciones individuales al combatirlos.

Escenarios fascinantes, sentimiento plataformero enriquecido

Los escenarios en DmC siguen la misma estructura que la saga original. Nuevamente nos encontraremos con puzles -de una dificultad no tan elevada- además de escenas donde la puerta que necesitamos cruzar se bloquea, obligándonos a eliminar a todo enemigo que se nos presente.

Asimismo, el sentimiento plataformero se enriquece en esta entrega, con zonas peligrosas que nos harán caer al vacío o enfrentamientos contra jefes que nos exigen avanzar por escenarios de este estilo. Todo se resuelve con el uso de una serie de ítems que iremos desbloqueando y utilizando de manera casi natural.

El mapeado apenas presenta libertad, teniendo en ocasiones la posibilidad de desvío para poder acceder a desafíos ocultos, los cuales aumentarán los atributos de nuestro protagonista. La presencia de contenido adicional es baja si tenemos que referirnos a objetos coleccionables o habitaciones secretas. Si bien encontraremos algún que otro desvío, la rejugabilidad se abre recién cuando completemos el juego por primera vez, obteniendo arenas de combate y un puñado de dificultades más elevadas para ponernos a prueba.

Diseño artístico abismal

De todas formas, lo mejor que podemos destacar en los escenarios de DmC es su diseño artístico. Inmediatamente desde el primer capítulo nos daremos cuenta de que estamos ante un juego muy trabajado en este aspecto. Estructuras que se rompen en frente nuestro mientras combatimos, la combinación entre escenarios urbanos y místicos o la transición entre dos mundos paralelos son algunas de las tantas cosas que podríamos tildar de excelentes en este apartado.

Musicalmente DmC mantiene la calidad que nos tiene acostumbrados la saga. El acompañamiento musical es muy bueno, el cual dice presente en cada combate con un heavy metal característico. Por este lado no hay nada que reprochar, la banda sonora nunca se despegó de lo impuesto por los Devil May Cry originales.


Valoración
5/5

En la sección recomendaciones de este blog suelo recomendar juegos que pasan desapercibidos. Este, es uno de los que menos se merecen esa frase.

DmC es un juego que da bronca por su injusta recepción en la comunidad de jugadores. Podes venir o no de la saga original, pero es innegable que esta entrega supuso un reboot excelente, manteniendo los pilares principales de la franquicia pero retocándolos para llevarlos por un camino nuevo, y en ocasiones, mejor.

El combate es ligero, preciso y frenético, podríamos incluso decir que es el mejor de todos los Devil May Cry. Hay una buena presencia de armas, cada una distinta entre sí y con la oportunidad de combinarlas con otras para elevar los combos a números que nos harán erizar la piel. Por otro lado, los enemigos crecen en dificultad a medida que transcurre la trama, encontrando jefes fascinantes con una resolución rebuscada pero sobre todo divertida. La dificultad aumenta a medida que avanzamos pero nunca se planta como una traba en nuestro progreso y eso es algo positivo.

En cuanto escenarios, siguen manteniendo la mística de todo Devil May Cry, complementando zonas urbanas con otras un tanto surrealistas. La presencia de dos mundos alternos -algo relacionado con la trama que no explicaré para evitar spoilers- ayuda a que sintamos un dinamismo presente a cada minuto que dura el videojuego.

Dejando de lado el hecho de que es un reinicio, DmC es un excelente Hack and Slash, un indispensable de los últimos años: buena historia, divertido, con buena curva de dificultad y un apartado artístico muy bien elaborado.

Algo positivo a destacar: Su jugabilidad y diseño de escenarios.

Algo negativo a destacar: Nada.

Duración: 8 horas.

Modo en línea: No tiene.

¿Hay que jugar los anteriores? No, es un reboot.

Disponibilidad: Playstation 3, Playstation 4, XBOX 360, XBOX One y PC.

Plataforma de reseña: Playstation 3.

Miguel Medina
Contacto


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1 comentario en «DmC – Reseña»

  1. Coincido en la injusticia de las críticas. Hay mucho fanboy hater suelto y se pierde la perspectiva cuando se analiza un juego. Hay que partir de lo particular para después llegar al aporte en conjunto. Si bien es reboot y agrega poco o nada a la historia, creo que el juego es excelente para los que pedían más de Dante en su momento.

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