En los últimos años, Electronic Arts fue ahogada en críticas. El cierre de Visceral Games fue una de las acciones que más se le criticaron a la compañía, seguido por la inclusión de una sucia política implementada en sus más preciadas licencias: Need for Speed, FIFA, Battlefield o Star Wars. Esta política apunta a obtener dinero a través de “loot boxes” las cuales terminan siendo necesarias para progresar, de alguna u otra manera, en el videojuego.
Por si no estás al tanto, las loot boxes son un conjunto de objetos aleatorios que obtenemos a cambio de dinero. Dichos objetos estarán relacionados con el videojuego en cuestión: en FIFA son jugadores, en Need for Speed son mejoras para el auto, en Garden Warfare son plantas, en Star Wars son héroes, etcétera. Lo repudiable de esta práctica es que son objetos necesarios para el progreso y nos los cobran como si fuera un extra. La política de loot boxes y los juegos como servicio a EA se le fueron de la mano hace mucho tiempo.
En los últimos meses EA parecía progresar. Por el lado de Star Wars Battlefront 2, eliminaron completamente las loot boxes e implementaron un sistema de progresión bastante cómodo donde subimos de nivel y obtenemos como recompensa las ansiadas cartas de mejoras, mientras que los héroes, se encuentran desbloqueados sin necesidad de pagar para tenerlos.
Con el duro golpe que supuso Battlefront 2 y las demás licencias atacadas, Battlefield V apuntaría a ser aquel videojuego que demostraría la nueva visión de EA… pero no. El juego completo se fraccionó en partes que irán apareciendo a lo largo de estos meses. Contenido gratuito, pero no adicional, sino recortado.
La narrativa de Old Republic, La intensidad de Jedi Knight y el uso de la Fuerza de Unleashed… Nada más pedimos
Y nada menos…