Tom Clancy’s The Division 2 – Reseña

El primer The Division se mantuvo en la cuerda floja gran parte de su vida. El pasado mes de marzo, tres años después de su lanzamiento, recibimos su secuela, dispuesta a reivindicar un título que puede dar mucho de sí. Ya lo tenemos con nosotros, es hora de dar el veredicto final, ¡análisis sin spoilers de Tom Clancy’s The Division 2! Con más de cincuenta horas de juego.

La Casa Blanca es nuestro primer refugio

En Tom Clancy’s The Division 2 se abandona la amada ciudad de New York para sumergirnos en una Washington DC devastada. Las diferencias entre ambas zonas destacarán en seguida, empezando por el añadido de vegetación para corroer las calles y la presencia de animales que huyen despavoridos de la hostilidad de cada barrio.

Nuestra primera misión es introductoria y supone una entrada hacia un mundo que parece infinitamente explorable. La disposición de la Casa Blanca como primer refugio nos señala lentamente todos los apartados que, de a poco, irán inyectando horas a un videojuego que, en cuanto duración, cumple holgadamente.

Pero para entender el motivo del deterioro en la ciudad y la distribución de enemigos en cada zona de Washington, Tom Clancy’s The Division 2 aplica una narrativa que sirve de trasfondo para motivar el inicio de las misiones, pero no logra ser el punto destellante de la obra. Si bien se pueden separar algunos momentos argumentales interesantes, en la mayor parte de las veces se disuelve la experiencia con la disposición de extensos diálogos y una serie de personajes que no terminan de marcar un carisma suficiente para seguirles el rastro con interés.

Las misiones tienen un buen planteo jugable

Lo que sí es destacable es el planteo de las misiones. Si son de carácter principal o secundario serán igual de atrapantes a través del diseño de escenarios, los jefes y el trasfondo argumental que, de a poco, te sumerge por completo en el contexto. Asimismo, mientras caminas por las calles te podes topar con enemigos, una ejecución, una guerra entre facciones o cualquier otro evento que le da vida al entorno.

Más allá de la narrativa, el contexto en Tom Clancy’s The Division 2 está perfectamente construido para repartir sensaciones de inseguridad a cada momento. Salir a las calles de Washington DC enciende todos los sentidos por la emergente presencia de los diversos grupos de enemigos que patrullan las veredas. Explorar pasillos, puentes, edificios abandonados, locales destrozados, alcantarillas, estaciones infectadas, todo sector de la ciudad te encierra en la atmósfera post-apocalíptica incluso con más creces que el primer juego, y eso es mucho decir.

Las Zonas Oscuras multiplican el sentimiento post-apocalíptico

El mayor logro en este aspecto se da en las Zonas Oscuras, sectores de la ciudad los cuales se cerraron debido a su alto nivel de toxicidad. Cualquier Zona Oscura es perfecta para alcanzar el mayor sentimiento de inseguridad, tanto por el trasfondo argumental como por el diseño de entornos. Manteniendo el mismo planteo jugable que el primer juego, en estos sectores entramos con una mochila con espacio limitado. Nuestro objetivo es obtener loot y para lograrlo debemos explorar hasta que nos sintamos listos para evacuar la zona, no sin antes llamar un helicóptero para que retire los objetos. Y allí se encuentra el punto fuerte de la Zona Oscura. Los helicópteros aterrizan en sectores determinados y con un cierto tiempo de espera, donde tendremos que hacerles frente a enemigos NPC, pero también a la emergente presencia de otros agentes no tan amigables, debido a que en la Zona Oscura se abre el combate PvP.

Uno de los cambios más destacables es el de la división de la Zona Oscura en tres partes repartidas a lo largo y ancho de Washington DC, cada una con sus escenarios, enemigos y objetos para retirar. Las misiones dentro de estas se aproximan más a eventos aleatorios e irán rotando a medida que las completamos. Por otro lado, también contamos con una serie de paquetes que irán cayendo en el mapa, listos para que los retiremos antes que lo haga otro. Sobre la presencia de otros jugadores, el combate PvP es sí, y solo sí, uno de los agentes (nosotros, un compañero o un externo) elige corromperse, o sea, apartar el ideal del grupo “The Division” para convertirse en un renegado. A partir de ese instante el combate entre agentes queda abierto para que suceda lo que sea. Si morimos por cualquier motivo, soltaremos los objetos del tipo “contaminado”, pudiéndolo recuperar luego de reaparecer, pero con el miedo de que lo tome otro agente.

Los enemigos presentan una elevada dificultad

Los enemigos son otro factor fundamental para que el contexto post-apocalíptico se logre con creces. En Tom Clancy’s The Division 2 encontramos varios grupos de enemigos protegiendo diversas zonas de la entera Washington DC. Cada uno tiene sus peculiaridades, por lo tanto, conocer cada grupo supone un nuevo planteo jugable para superar las adversidades. Para toparnos con nuevos enemigos solo bastará con atravesar el terreno desconocido, no obstante, estas zonas recomiendan un nivel determinado en nuestro agente y puedo ir avisando de que hay que prestar suma atención a este detalle.

La dificultad en Tom Clancy’s The Division 2 es increíblemente alta, superando la experiencia del primer juego. Los enemigos irán progresando en armamento a medida que jugamos misiones y cruzamos nuevos distritos, pasando de una pistola a un fusil de asalto y de este último a torretas fijas, hasta llegar al punto máximo que no revelaré para la sorpresa del jugador.

Para enfrentarnos a los enemigos contamos con dos armas principales y una secundaria, pudiendo seleccionar pistolas, escopetas, fusiles de asalto o de francotirador. Todas se pueden personalizar tanto visual como estadísticamente a través de accesorios, obtenibles a través del sistema de loot como progreso del juego. Además de las armas, también disponemos de dos habilidades recargables, seleccionables en el refugio. Estas pueden ser una torreta para atacar al enemigo o un dron para curar aliados, todo apunta a poder adaptarse al estilo del jugador, al grupo en el que nos encontramos o en todo caso, al momento.

El nivel de nuestro agente es indispensable para equilibrar la experiencia, pero en ocasiones no será suficiente. Las misiones del juego, tanto principales como secundarias piden a gritos el juego en cooperativo y un loot con estadísticas decentes. En otras palabras, si no mejoramos el loot y jugamos solos, nos introduciremos en un infierno.

Con solo un compañero, el juego será más amistoso con nosotros. Sin embargo, si sos un jugador que apunta al juego solitario, a no ser que te guste farmear con intensidad, en algún momento tendrás que pedir ayuda y para ello, Tom Clancy’s The Division 2 introduce la posibilidad de pedirle ayuda a un agente cercano. En un par de segundos, estarás con un jugador dispuesto a superar misiones junto a vos. La conexión es algo de lo que podes despreocuparte, en sus primeras semanas Tom Clancy’s The Division 2 corrió sin ningún tipo de problema.

Loot: para vestirse y mejorar el rendmiento

El loot es un concepto indispensable en este videojuego, justamente englobado en el género loot shooter. Para progresar necesitaremos sobre todas las cosas un buen equipamiento: arma secundaria, principal, chaleco, pantalones, botas, funda y habilidades. Todo lo mencionado se mejora a través de objetos con una escala de colores la cual determina la calidad del mismo (verde, azul, amarillo y rojo, ordenados de peor a mejor) que el juego irá soltando de manera progresiva, superando misiones y recompensas semanales o diarias. En ocasiones, también puede soltar objetos para fabricar, modificadores o prendas para personalizar la estética de nuestro agente.

Para suerte de todos, Tom Clancy’s The Division 2 es extremadamente generoso en cuanto la distribución del loot. No solo estaremos recibiéndolo a cada momento, sino que contendrá estadísticas destacables para progresar de manera rápida, sin ningún tipo de barrera.

Progresamos a través de habilidades, ventajas, niveles y loot

Continuando con la cuestión de progreso, en Tom Clancy’s The Division 2, este se entabla mediante el aspecto RPG del título. Nuestro agente cuenta con un nivel, como mencione anteriormente, indispensable para no sufrir a latigazos la dificultad. Pero subir de nivel no solo nos desbloquea zonas, sino que nos regala puntos SHD (también disponibles en misiones o en el mismo mapa) listos para canjear por “ventajas” De esta forma, podremos distribuir estos puntos en la mejora de espacios para granadas, kits médicos y muchas otras cosas más. De la misma manera, contamos con modificadores para armas, habilidades, accesorios u objetos para fabricar un mejor equipamiento o editar el mismo.

Tom Clancy's The Division 2 cuenta con entornos diseñados con mucho mimo

Washington DC es una ciudad emblemática de Estados Unidos. Desarrollarla virtualmente, modificando al mismo tiempo su esencia para darle el aspecto superviviente no es tarea fácil. Es por ello que, en cuanto diseño artístico, Ubisoft tiene uno de sus mejores trabajos en años. Cada rincón de la ciudad refleja caos, con basura por todos lados, escombros de explosiones, autos varados y, obviamente, el contexto dañino con los enemigos que te acechan a cada instante. Tanto exteriores como interiores fueron diseñados con un ojo detallista, sin repetir objetos o posiciones de mapeado que, de alguna forma, disminuyan la inmersión. Cada vez que salgamos a la calle o comencemos una misión, disfrutaremos de escenarios completamente distintos pero iguales en un solo aspecto: la ruina.

Sobre el apartado gráfico, hay una notable mejora del primer The Division, pero no alcanza la calidad de otros lanzamientos actuales. En la versión de Playstation 4 encontramos algunas deficiencias en las texturas, como su tiempo de carga o diseño en personajes secundarios.

En cuanto al sonido, encontramos una producción muy cuidada. Hemos hablado mucho sobre el contexto en este análisis, pero no solo es espectacular, sino que el sonido ayuda muchísimo a que se logre. Tiros a la distancia, el eco de los pasillos, enemigos y aliados gritando en la esquina o la respiración agitada de un tipo que nos persigue por la espalda, todo contribuye a que la inmersión se termine de completar en un juego que, si no se hubiera preocupado en este aspecto, no sería lo mismo. Sobre la música, puedo comentar que es del tipo electrónica, género perfecto para una obra de ciencia ficción. La banda sonora es insertada en los momentos más frenéticos de las misiones para acompañar la acción de la mejor manera posible.

End Game y la nueva perspectiva de juego

Por último, quisiera hablar del end game, pero de forma acotada por un motivo que justifica tal decisión: cada jugador debe afrontarlo a su modo.

Al finalizar la campaña, teniendo obligatoriamente un “30” en el nivel de nuestro agente, se nos abre un nuevo camino. La experiencia End Game aplica un punto y aparte. Pasamos de preocuparnos por el nivel, para hacerlo por el equipamiento y contamos con la posibilidad de elegir clases, cada una, con un árbol de habilidades listo para enriquecer la jugabilidad del título. Washington DC se reinicia, todo lo que hemos completado, si nos hizo sudar, ahora lo hará el doble. Las misiones principales recobran vida con una nueva visión: facción desconocida y narrativa anclada con los nuevos enemigos.

Terminar la campaña de Tom Clancy’s The Division 2 nos deja con la panza llena, una experiencia más que completa y duradera, sin embargo, allí se revela la otra cara de la moneda. El End Game es un The Division 2.5, una experiencia que requiere otra perspectiva, manteniendo las bases de lo aprendido a lo largo de más de 30 horas y dispuesto a darnos muchas más sin forzar nada.

Valoración
4.5/5

Tom Clancy’s The Division 2 se conforma como uno de los lanzamientos más potentes del 2019. Es divertido, vistoso y con una duración que supera las treinta horas de juego sin sumergirse en el apartado end game, lo mejor del título. Un videojuego más que recomendable para jugar en línea solo o acompañado.

  • Algo positivo a destacar: un contexto post-apocalíptico muy logrado.
  • Algo negativo a destacar: carga de texturas en consolas.
  • Modo en línea: si, requiere conexión a internet.
  • Duración: campaña 30 horas, end game indeterminado.
  • Rendimiento: sin problemas de frames o conexión en consolas, pero las texturas muestran muchas deficiencias (nada que arruine la experiencia)
  • ¿Es necesario jugar The Division? Podría ser lo mejor para ubicarnos en la narrativa, pero al ser el punto más flojo del juego, no es algo indispensable.
  • Disponibilidad: Playstation 4, Xbox One, PC.
  • Plataforma de reseña: Playstation 4 (Slim)
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Miguel Medina
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