Bread & Fred Análisis – Pingüinos sin ansiedad

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Análisis de Bread & Fred, videojuego de plataformas y puzzles desarrollado por SandCastles Studio.


La popularidad de los streamers propulsó un estilo de videojuegos llamados “Rage Games” (algo así como “juegos de furia” en español) que le proponen al jugador una experiencia que atraviesa muchos momentos de tensión, frustración y, finalmente, furia. Nos guste o no, es algo que vende: el desafío, la superación y el sufrimiento ajeno atrae miles de visitas para el creador de contenido, mientras que muchos espectadores compran el videojuego para descubrir si realmente “ese juego es tan difícil como parece”.

Uno de los casos más recientes es Bread & Fred, un videojuego de puzzles y plataformas con dos pingüinitos de protagonistas y una encantadora estética pixel-art que nos recuerda principalmente a Celeste. Pero detrás de todo eso, una narrativa retadora y un sistema de mecánicas que exige cooperación y mucha, mucha paciencia.

Llegando a la cima de la montaña


Bread & Fred tiene de protagonistas a dos pingüinitos unidos con una cuerda y con el objetivo de escalar a la cima de una montaña. Cada uno de estos animales es controlado por un jugador en un modo cooperativo, y la gracia está en que todas sus acciones impactan en el otro, por lo que deben trabajar en equipo, sincronizados y puliendo sus habilidades para completar la peligrosa misión.

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Las mecánicas son pocas y fáciles de aprender: saltar, balancearse con la cuerda y, en algunos casos, tironear para “acercar” al compañero. La dificultad aparece en los primeros metros de escalada: es irregular, está llena de puzzles y, al tratarse de un nivel vertical, en caso de fallar… ambos jugadores caen al vacío. Y sí, existe la posibilidad de volver al inicio del juego después de una hora de intentos de escalada.

El cooperativo en línea puede poner las cosas un poco más difíciles en casos de que aparezca el odioso lag, sin embargo, el título integra una opción de cuenta regresiva para sincronizar perfectamente los movimientos.

Más diversión que enojo


A pesar de su desafiante propuesta y las posibilidades de que la experiencia se vuelva frustrante, Bread & Fred incluye un abanico de mecánicas para asistir a los jugadores (como ayudas en la escalada o banderas para marcar puntos de control). Y al final de cuentas, el hecho de jugar con un amigo convierte todo acto de “fracaso y frustración” en un momento de risas y completa diversión: con práctica y un poco de paciencia, el juego muestra su lado más interesante y está lejos de ser una propuesta injusta.

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En el único caso que podemos sentir cierta incomodidad y aburrimiento es en su extraño modo para un jugador, en el que el pingüino protagonista tiene de compañero a una piedra, atada a su espalda, y escala solo: en ese momento, todo error es enteramente individual y con sus enrevesadas mecánicas es fácil caer en la tentación del abandono.

Bread & Fred es una de las mejores propuestas cooperativas en lo que va del 2023: la escalada de una montaña y su estética pixel-art nos recuerdan mucho a la aventura que experimentamos con Celeste (otro videojuego que podíamos encasillar dentro de los “Rage Games”) pero acá no hay ningún tipo de discurso sobre salud mental. Es un título que prioriza la diversión con un amigo y el prueba y error más absurdo posible con aparición de insultos, risas inesperadas y suspiros de alivio. Si eso era lo que buscaba, lo logró con creces.

Miguel Medina
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