Análisis de Planet of Lana en Xbox One, Xbox Series X|S y PC, videojuego de plataformas desarrollado por Thunderful Group.
No es una locura afirmar que los videojuegos independientes son uno de los pocos espacios de disputa que realmente quedan en el medio para construir cosas distintas. El grado de inversión que implica un título triple A nos ha llevado a cierta homogeneización que solo logra romperse en las experiencias que, al no contar con semejante presupuesto, tienen que rebuscarse en todos los apartados para diferenciarse. No obstante, muchas veces esa búsqueda se limita a la “forma”, y ahí es donde nos encontramos con propuestas como Planet of Lana.
Un mundo hermoso de paz y robots
El contexto que propone Planet of Lana no es nada que no hayamos visto antes: la pacífica vida de Lana (nuestra protagonista) en su pueblo natal es interrumpida por una invasión de robots extraterrestres que toman el lugar por la fuerza y secuestran a todos los suyos. Como cabe esperar, la consecuencia de esta situación es que nos vemos envueltos en un viaje para salvar a todos nuestros seres queridos de los extraños invasores.
Desde luego, el relato de la protagonista atravesando diferentes paisajes, a la par que se escabulle de los robots para llegar a una base alienígena en el cielo, no tiene nada que envidiarles a narrativas como la de Star Wars. Sin embargo, me parece necesario enfatizar que lo que sigue a su épica introducción es un segundo acto bastante flojo de ritmo que solo llega a remontar en su clímax.
Los puzzles en side scrolling: un formato probado
La forma mecánica que el título elige para desarrollar su historia sigue la línea de algunos de los mayores éxitos independientes que hemos tenido en el medio, como Limbo oInside. Estamos ante un side scroller donde siempre vamos a estar en desventaja en relación a nuestros enemigos, por lo que nuestra única opción para atravesar cada sección es usar nuestra inventiva para resolver determinados puzzles y pasar desapercibidos.
Dichos “acertijos” toman los elementos básicos ya vistos en experiencias del estilo: mover cajas, trepar cuerdas, tocar botones y usar el sigilo para esquivar amenazas que claramente nos atraparan en el momento. Por suerte, el juego cuenta con la presencia de Mui, una especie de gato capaz de seguir nuestras instrucciones y que será una compañía fundamental tanto en términos mecánicos como narrativos.
Ahora bien, creo que el enfoque que la obra toma frente a los puzzles es bastante decepcionante. La búsqueda es que el juego sea “pasatista”, por lo que pocas secciones van a tomarte demasiado tiempo y ninguna va a sorprenderte. No hay ningún elemento innovador en este apartado de Planet of Lana, lo cual lo transforma en solo un ejemplo más de un “tipo” de videojuego.
Una obra realmente bella
Desde ya que lo dicho hasta ahora hace difícil recomendar la experiencia, porque estamos ante un juego con un abordaje mecánico plano que limita su público a aquellos que “quieran jugar algo parecido a Limbo”. Aun así, creo que lo correcto es reconocer su buen trabajo en el apartado artístico. Planet of Lana se ve hermoso en todo momento, con una paleta de colores que sabe diferenciar sus diversas secciones de manera excelente y que, gracias a su trabajo sonoro, construye climas realmente interesantes.
Tristemente, lo que prevalece al final son las sensaciones con el mando, porque está claro que siendo un videojuego no basta con ser lindo y ejecutar una narrativa “correctamente”. Es una realidad que la falta de propuestas heterogéneas también existe en el panorama independiente y que, aun cuando parecen ser el último vestigio donde encontrar cosas distintas, una mayor cantidad de experiencias no ha implicado una mayor diversidad.
