The Bridge – Reseña

Los videojuegos de puzles suelen dividir las aguas en la comunidad de jugadores. No todo el mundo tiene la paciencia suficiente para afrontar este género y más cuando la dificultad es creciente pero al mismo tiempo brinda poca ayuda para avanzar.

El día de hoy toca recomendar un nuevo título y he vuelto a lanzarme a este género que tanto amor y odio despierta en las personas. El videojuego que pondré sobre la mesa te puedo asegurar que es magnífico por la capacidad de romper esquemas que tuvo en 2013, año en el que salió a la venta: The Bridge.

¿Isaac Newton o M. C. Escher?

La historia del título puede considerarse bastante simple. Nuestro personaje se encuentra durmiendo bajo un árbol de manzanas, movemos la cámara de un lado a otro y provocamos que le caiga una manzana en la cabeza, despertándolo. Acto seguido, entramos en nuestra casa y en una de las habitaciones nos transportamos a un escenario el cual para nada estaremos acostumbrados.

Apenas iniciamos The Bridge, nos presenta al personaje que controlaremos, los controles y nos suelta en el escenario, logrando que en menos de cinco minutos estemos realizando puzles a diestra y siniestra.

Apenas inicia la campaña, ya estaremos controlando la perspectiva del juego

Los controles apartan la complejidad en cuanto a posibilidades de movimiento y acciones de nuestro personaje. Únicamente nos movemos de izquierda a derecha. Sin embargo, lo interesante viene por otro lado: la perspectiva de cámara.

La innovación en The Bridge proviene de la cámara. Nuestra manera de observar e interactuar será desechada totalmente en este videojuego. La cámara nos proporcionará un plano panorámico el cual iremos rotando para encontrar diversos ángulos. De un momento a otro, nuestro personaje pasará de caminar en el suelo al techo del escenario, con total naturalidad.

¿Es el techo o el suelo?

La perspectiva de cámara es la mecánica estrella en The Bridge. Para llegar a una puerta tendremos que hacer más que caminar hacia ella. Deberemos buscar la perspectiva perfecta para sortear enemigos, calcular caídas y movimientos adecuados para así, llegar sanos y salvos al final de cada nivel. Si bien parece complicado, te puedo asegurar que no lo es para nada. El juego nos introduce en una lógica desconocida pero adaptable al cabo de unos minutos, las secuencias saldrán de manera fluida sin necesidad de “quemarnos” la cabeza pensando.

Entre unas dos y cuatro horas de juego, The Bridge propone más de veinte niveles que irán creciendo en dificultad, aunque jamás alcanzará un punto tedioso. En caso de fracasar en un puzle o morir a manos de un enemigo, el juego nos permite retroceder el tiempo hasta donde deseemos, pudiendo elegir nuestro propio punto de control.

Hay enemigos, pero no preguntes que son

La curva de dificultad es perfecta debido a que la mecánica jugable de “perspectiva de cámara”, se mantiene a lo largo de todo el juego, progresando en el transcurso de la historia al añadirnos objetos que cambiaran nuevamente la forma de analizar el entorno. Lo bueno es que son fáciles de comprender, por ende, los acoplaremos con la mecánica principal en un instante y seguiremos jugando como si nada.

A pesar de que avanzamos con la misma mecánica jugable, no cae en una tediosa repetividad. Comparando el primer nivel con el último, nos daremos cuenta de como el juego progresó, sin que nos demos cuenta, en aspectos jugables y en la misma dificultad.

The Bridge se hizo a lápiz y se presenta de la misma forma

Otro aspecto llamativo y original en The Bridge apunta a lo artístico. El diseño de niveles no solo es fascinante por lo extraño que nos parecerá ver a nuestro protagonista pasar de un techo a una pared por arte de magia, una magia lograda por el ángulo de cámara. Sino que absolutamente todo el escenario está dibujado a lápiz, dándole un gusto antiguo a la ambientación y nuestro personaje, sobre todas las cosas.

El punto más negativo del título, aparte de su escaza dificultad y rejugabilidad a falta de modalidades extra llamativas, es la banda sonora. La música principal en The Bridge se encuentra conformada por dos secciones, divididas entre la primera y segunda mitad del juego. Esto quiere decir que a lo largo de una hora entera estaremos escuchando la misma melodía, la cual, si bien no es para nada mala, nos cansará al cabo de varios minutos y más aún cuando el juego apunta a la resolución de puzles, donde la paciencia se puede perder en cuestión de nada.

Para concluir, The Bridge es un juego que cumple con lo principal que pedimos a la hora de introducirnos en el género puzles. La resolución de problemas no presenta gran dificultad y encima, progresa satisfactoriamente a lo largo de la historia. Las mecánicas son simples, desechando cualquier tipo de complejidad y la innovación está a la orden del día, con una perspectiva de cámara la cual nos obligará a comprender una nueva lógica en este maravilloso mundo dibujado a lápiz.

Valoración
3.5/5
  • Algo positivo a destacar: Su diseño artístico. Su propuesta jugable.
  • Algo negativo a destacar: Su corta duración. 
  • Duración: 3 horas.
  • Modo en línea: No.
  • Disponibilidad: Playstation 3, Playstation 4, XBOX ONE, XBOX 360, PC, Nintendo Switch.
  • Plataforma de reseña: Playstation 4.
Miguel Medina
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