Lugares para ambientar una historia hay demasiados. Tenemos miles de años para elegir y un montón de momentos históricos para que nuestro personaje camine cómodamente en una trama. Pero ¿qué sucede cuando se toma una época en la que las actitudes consideradas normales en aquel momento son repudiadas actualmente?
El ser humano evoluciona a cada instante. Pero cuando digo esto, no me refiero a que en algún lugar de nuestro planeta una persona recibió una mutación que lo transformaría en un “ser poderoso”. La evolución se puede plantear desde diversos puntos de vista. Nuestra mayor virtud, la cultura, es la principal culpable de que, por ejemplo, la vida de nuestros abuelos sea totalmente distinta a la que llevamos en la actualidad. Esto sucede porque cambiamos la forma de vivir, la forma de pensar y la forma de actuar con el medio que nos rodea. Hemos evolucionado.
¿Fueron positivas las modificaciones que recibimos en nuestras vidas? La pregunta es tan amplia que resultaría imposible responderla de manera resumida. Para plantear un ejemplo, en términos científicos hemos adquirido prótesis y avances medicinales que alargan nuestro promedio natural de vida. La realidad es que somos uno de los animales más indefensos de la tierra entera, pero gracias a nuestra capacidad de modificación del medio ambiente, la creación de un artefacto nos podría proteger de enfermedades, de una catástrofe ambiental o de un depredador.
En aspectos sociales, como mencione al principio, la vida de nuestros antiguos familiares es radicalmente distinta a la que llevamos hoy en día, ha cambiado la forma de pensar el mundo y obrar en el.
Varios cambios sociales actuales pueden ser retratados por el movimiento Feminista, el cual busco el empoderamiento de la mujer. Entre varias de las consecuencias de la lucha destacan la ruptura de roles de género, estereotipos y la instalación de igualdad de derechos.
Si bien, actitudes como ocultar el derecho a una persona, atribuirle un rol por su género o encerrarla en un estereotipo siguen sucediendo en nuestros días, eran el pan de cada día hace apenas cincuenta o cien años.
Entonces, narrar una historia que transcurre en una época pasada supone, entre muchas cosas, pisar un terreno bastante distinto al que conocemos en nuestro días. No es tarea fácil visibilizar correctamente las actitudes que hoy en día se intentan borrar definitivamente. ¿Cómo podemos crear a un personaje con actitudes machistas que logre ganarse el cariño del público? ¿cómo podemos admirar un mundo que ahora mismo, a muchos de nosotros nos parece repudiable? ¿cómo se logra todo lo mencionado sin caer preso de un sensacionalismo?
En los últimos años hemos recibido ejemplos perfectos de como contar una historia delicada en varios aspectos sociales. A continuación, destacaré tres videojuegos que representan fielmente una época distinta a la nuestra, pero que añaden una crítica social para hacernos ver como hemos cambiado o tienen como tarea visibilizar nuestros errores para comenzar a plantear un cambio definitivo.
Una de ellas, muy reciente, es la narrada por el primer capítulo de Life is Strange 2. Hace un par de años, Estados Unidos recibió como presidente a Donald Trump, un político con pensamientos aferrados al machismo, racismo, xenofobia y un montón de adjetivos más que describirían a la perfección el modelo de persona el cual intentamos desterrar de nuestra vida cotidiana.
El juego se sitúa poco antes del momento en el que Donald Trump asume la presidencia, demostrando que no siempre las peores actitudes sociales formaron parte del pasado. Tomamos el control de dos niños de nacionalidad mexicana, quienes viven en carne propia la propuesta del muro que separaría la frontera de México y EEUU, a su familia y como si fuera poco, la discriminación hacia ellos por el simple hecho de ser latinoamericanos.
En Life is Strange 2 no existe el miedo al “que dirán” para desplegar sobre la mesa una de las mejores críticas sociales en la campaña de un videojuego. Una crítica social hacia la actualidad, que la viven en carne propia millones de personas al norte de nuestro continente.
Siguiendo la actitud racista, otro juego que critica fuertemente esta forma de ver al mundo es Mafia 3. En este videojuego controlamos a Lincoln Clay, una persona de piel oscura radicada en Nueva Orleans de 1968.
Es un videojuego que juzga la sociedad internamente y de una forma nunca vista. Cada vez que pasamos frente a un policía, se activará una flecha que indica que nos están observando, logrando una sensación rara de incomodidad, donde nos estaremos preguntando si hicimos algo mal. No, no hicimos nada malo, la realidad es que somos una persona mal juzgada en un ambiente el cual, entre varias actitudes, posee fuertemente el racismo impregnado.
La crítica social en Mafia 3 es cruda y la realiza poniéndonos en los zapatos de una persona de tez oscura en la Nueva Orleans de 1968. Hoy en día sigue sucediendo, pero es una forma de visibilizar las incómodas e injustas situaciones por las que pasan muchas personas en nuestro mundo.
Por último, quiero destacar un videojuego que fue desarrollado por un estudio que jamás quedó exento de polémicas: Red Dead Redemption 2, por Rockstar Games.
Rockstar Games es uno de los mayores estudios de la industria. Creadora de las sagas Grand Theft Auto, Bully, Red Dead Redemption, Max Payne y otros, destaca por su estilo narrativo totalmente crudo en cualquier aspecto. Así, todo tipo de actitud social será puesta sobre la mesa para representar una sátira, una crítica o alguna otra forma de encajar correctamente en el conjunto. Si bien hemos recibido videojuegos los cuales hoy en día no serían recibidos con tanta alegría (Como GTA 3, por ejemplo, donde los valores actuales se manejan de una forma áspera en la narrativa) es un estudio que sabe como adaptarse a los tiempos y además, como anclar el pasado con el presente sin ignorar características fundamentales.
Un ejemplo enorme es Red Dead Redemption 2. El videojuego nos sitúa a finales del siglo XIX, donde la sociedad no se había planteado ni la mitad de las ideas que corren hoy en día. Nuestro personaje, Arthur Morgan, forma parte de una banda de Forajidos donde hombres, mujeres y niños conviven conjuntamente.
Tanto la época como el género (mundo abierto) dificultan la creación de dicho videojuego. Pero Rockstar pudo hacerlo perfectamente. De esta forma, encontramos eventos aleatorios donde hombres secuestran a mujeres, las golpean, las utilizan como objetos sexuales o negras siendo esclavizadas y denigradas. Son acciones impactantes pero perfectamente reflejantes de la visión que tenía la sociedad en el siglo XIX.
Asimismo, también encontramos momentos donde aquellas personas que son menospreciadas, reciben un apoyo narrativo el cual funciona como crítica social o juicio de valor actual. Hay un claro ejemplo, con una mujer que forma parte de nuestra banda y rompe con los estereotipos impuestos al acompañarnos a asaltar, actividad que sería exclusiva de los hombres.
Sin embargo, el mejor momento que, por un lado, muestra actitudes de aquella época y engancha los movimientos vigentes en nuestro días, es el que se lo ve a Arthur Morgan acompañar a un grupo de mujeres que piden en forma de protesta la disposición del voto femenino. Como era de esperar, todos los hombres mostrarían actitudes de rechazo, donde nuestro protagonista marcaría la diferencia inclinándose a favor del grupo femenino.
La crítica social no siempre es explícita. Life is Strange 2 o Mafia 3 visibilizan el racismo colocándonos en los zapatos de personas sufridas por estas actitudes. Red Dead Redemption 2, en cambio, nos lleva al mucho más atrasado siglo XIX, con mujeres cosificadas, atribución de roles de género, esclavitud y entre otras cosas, hombres construidos patriarcalmente, justificados por la época, pero no por ello libres de ser criticados de alguna manera. Nuestro protagonista es el que entra en juego, demostrando una actitud más moralizada, al menos, de la mejor forma posible para no perder “credibilidad” dentro del contexto.
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