
Entre noticias, críticas y crónicas de mundos virtuales. Una reflexión en la celebración del quinto aniversario de Solo Jugadores.
Octubre, 2018. Era un estudiante inicial de Comunicación Social escribiendo en foros de mala muerte y webs romantizadas con el ad-honorem y la pasión por los videojuegos. Quería algo más, así que trabajé todo el año, ahorré cientos de dólares, pagué un alojamiento y fundé Solo Jugadores, un sitio web que cumpliría la función de portfolio para todos mis trabajos en el periodismo especializado.
Los primeros artículos reunían densos análisis de Call of Duty con miles de palabras para describir una nueva mecánica en una campaña pasajera, alguna que otra nota de opinión sobre la industria en medio de la proliferación de los servicios digitales y numerosas noticias apuradas por gacetillas de prensa.
No exagero para nada si afirmo que, para ese entonces, escribía una media de 15 artículos diarios con el objetivo de llenar la pestaña de novedades de la web. Jugaba muchísimo más que ahora: exprimía las sagas de renombre e incineraba hasta su última expansión de contenido; consumía el contenido de grandes colegas como Ignacio Esains, Steph Zucarelli, Eva Cid, Dayo, Marta Trivi, Deborah López, Guillo Leoz y Jere Curci; y me nutría de académicos en Semiótica, Comunicación y PCPC.
Un cóctel cultural con el que me embriagué y me llevó a escribir este artículo, hoy, cinco años después.
A ver, guiame un poco…

La casilla de correo explota de mensajes. Códigos, propuestas comerciales, consultas y agradecimientos de lectores. Hay de todo. ¿Yo? Feliz, pero, no les voy a mentir, también estoy cansado. La ansiedad me consume, generalmente siento que no doy abasto y, cada tanto, necesito estacionar por emergencia en banquina, prenderme un pucho y dormir una siesta antes de continuar con mi viaje en carretera. A veces, el descanso es de una semana. Otras muchas veces, el descanso toma más de un mes. No sé si está bien, tampoco creo que esté mal. Simplemente, es lo que pasa. La realidad.
Trabajar de periodista es difícil, y cuando hablamos de periodismo especializado, la cosa se complejiza aún más. El dólar tironea con el peso, los ahorros se estrujan y un hobby tan simple y común como “jugar a la play” se aleja del imaginario dosmilero de la PS2. El último God of War puede comerse la mitad del sueldo de un pibe, y una PlayStation 5 es el “trabajé y me compré un auto” de nuestra generación.
Crear un sitio web para hablar de videojuegos requiere una consciencia específica. Vas a tomar un micrófono para extender tu voz en un sector cultural sin manuales. Hay que rebuscarla, mirar afuera y sentirse un jugador de las primeras ligas, pero también sentir que los pies siguen en la tierra, esa tierra de piratas y pocos lujos, de “play, FIFA y CS”. Para escribir sobre videojuegos, al menos en la Argentina y Latinoamérica, hay que tener consciencia cultural y de clase.
Con los primeros años del sitio descubrí que escribir una tonelada de noticias no me iba a llevar a ningún lado más que al abandono, así que busqué lugares cómodos para hablar de esto que tanto me apasiona: con la reseña puedo brindar mi opinión sobre el título novedoso mientras trabajo en una especialización mucho más fina y detallista con el paso de los años. A su vez, los ensayos me brindan la posibilidad de dar rienda suelta a la creatividad y cruzar mis conocimientos académicos y culturales en una misma hoja. Pero lo más importante apareció con las guías, el corazón de Solo Jugadores.
Las guías son un género exclusivo del periodismo especializado en videojuegos y, aunque no lo parezca, es periodismo puro: buscar, recolectar, escribir. La guía es un trabajo de campo en mundos virtuales, es una crónica de viajes largos y odiseas, un diario personal escrito por personas que, en lo posible, buscamos especializarnos en géneros y estilos de videojuegos. La guía también es un nexo de comunicación entre los críticos y los lectores, entre lectores y desarrolladores, y la semilla para cosechar grandes comunidades.
Sin guías no somos nada.
Cinco años después, Solo Jugadores sigue existiendo

Solo Jugadores existe porque tuve la paciencia, el tiempo, el dinero y la posibilidad de fundar nada más y nada menos que un medio de comunicación potencialmente masivo. Existe porque la ferviente pasión que tengo por los videojuegos está intacta. Y existe porque, a lo largo de estos cinco años, me crucé con personas que aportaron su granito de arena: Mer Grazzini, Maca Yanneli, Joa Gamba, Nico Matiuzzi y Agus Rimoli son los portadores de plumas que dejaron el contenido de calidad que siempre busqué y que juro seguir brindando a cada uno de nuestros lectores.
Pasamos momentos increíbles con picos de visitas que jamás me hubiera imaginado y, por más que me duela decirlo (me considero una persona ambiciosa y perfeccionista) también pasamos muchas situaciones de “stand-by” para reponer energías y volver a empezar, mucho más fuertes.
Pero, la verdad, es que no me importa la frecuencia ni la cantidad: quiero hacer periodismo de videojuegos con la misma pasión y entusiasmo que el 19 de octubre de 2018. Cada día un poco más profesional, cada año un poco más convencido de que es este el lugar que quiero ocupar por el resto de mis días. Pero este no es un deseo individual: quiero lo mismo para cada una de las personas que pasen por Solo Jugadores. Caso contrario, prefiero ponerle punto y final a este hermoso viaje.
Por un periodismo que nos llene de orgullo a la hora de escribir y de leer. Profesional, talentoso, disfrutable y, sobre todas las cosas, sano.
Octubre, 2023. Cinco años después, sigo firme en la dirección del proyecto más ambicioso de mi vida.
Gracias por ser parte. Espero sean muchos, muchos, muchos años más.
Migue Medina.
Comentar artículo