Among Us. Las primeras veces que escuché hablar del juego pensé que The Wolf Among Us había revivido de alguna forma extraña y que todos estaban encantados de transmitirlo por Twitch. Pero estaba equivocado, Among Us es otro de esos videojuegos que llegaron para salvarnos de un año distinto en el que todos estamos alejados de nuestros seres queridos.
La propuesta del videojuego es la siguiente: un grupo de diez científicos fue enviado a una nave espacial para realizar reparaciones. Entre las diez personas, dos son impostores camuflados que intentarán matar a todos los miembros del grupo.
Cada jugador tendrá que adoptar uno de dos roles. El científico debe reparar la nave lo más pronto posible, cuidándose las espaldas y sospechando de cada movimiento extraño. El asesino, en cambio, fingirá estar reparando, buscando la manera de terminar con la vida de la tripulación.
“Cada jugador tendrá que adoptar uno de dos roles”
La comunicación de Among Us es casi nula. Los jugadores pueden llamar a una reunión con un botón rojo que se encuentra en las instalaciones centrales de la nave o en el peor de los casos, cuando se observa un cadáver. En ese momento, el grupo podrá entrar en una discusión a contrarreloj para conversar actitudes extrañas y poder votar si quieren expulsar al que para ellos es el impostor.
Mantén a tus amigos lejos, y a tus enemigos más lejos aún
Mentir en la vida real va más allá del peso ético. A veces nos podemos delatar con una acción involuntaria como tocarnos la nuca, rascarnos la nariz o evitar la mirada a los ojos. Si la mentira es bastante grande, incluso podríamos empezar a transpirar o nuestra lengua parecería trabarse al intentar expresar palabras vacías.
Es por eso que Among Us es una de esas experiencias que, en lo posible, se deben llevar a cabo con amigos. Uno cree que conoce al que tiene al lado: sabe como es su tono de voz en situaciones comunes e incómodas. Incluso cuáles son sus expresiones cuando sabe que algo está mal.
Among Us funciona con las mecánicas del género de deducción social, conocido en los tableros de Mafia o The Resistance mientras que en los videojuegos se hizo enormemente popular con Trouble in Terrorist Town (TTT).
Deducir quienes son los impostores en un grupo de amigos es realmente curioso. Somos todos culpables hasta que empezamos a revelar a los inocentes, que tampoco sabemos qué tan inocentes son.
En una de mis primeras partidas como Impostor, seguí a dos compañeros hacia los pasillos de la izquierda. En un momento, el camino se dividió en tres. Uno de ellos se fue hacia el reactor y el otro se dirigió hacia la sala de seguridad.
“Somos todos culpables hasta que empezamos a revelar a los inocentes”
Yo tomé rumbo al reactor, asesiné al pobre científico de espaldas y enseguida entró mi compañero que volvía de la sala de seguridad, observando el cadáver. Reporte. Iván, el jugador que me encontró con el cadáver, dice “Encontré a Miguel con un cadáver en la sala del reactor, es el asesino” yo respondo “Imposible, yo estaba en el Motor Inferior con Lionel (el segundo asesino)”. Lionel realmente estaba en los sectores inferiores del mapa y para mi sorpresa, una amiga afirma que me vio en dicho sector “Sí, es cierto, me pareció ver a Miguel en el Motor Inferior”.
Pude estar tranquilo, pero necesitaba deshacerme de Iván. Busqué la oportunidad y lo eliminé en la sala de Oxígeno. El cadáver fue reportado por mi aliado impostor, recriminando a un científico que estaba en una sala cercana “Encontré este cadáver en la sala de Oxígeno, tengo una enorme sospecha de Carlos” dice. Yo le comento que vi a Carlos, justamente, cerca del Oxígeno. Y un compañero afirma lo mismo. Plantamos la mentira, que se convirtió en verdad: Carlos fue expulsado. Y por supuesto, no era el asesino.
A veces ni siquiera hace falta mentir con palabras. Podemos estar fingiendo la reparación de una máquina o estando cerca de científicos para hacerles creer que no somos los asesinos: “Miguel estuvo conmigo a solas en la Armería, tuvo la chance de matarme y no lo hizo, es lo que puedo decir” dijo un compañero que me confió demasiado.
En la discusión que surge en cada reporte por muerte podemos escuchar voces conocidas cambiando de tono, amigos haciéndose los ofendidos, riéndose o carraspeando cuando se menciona su nombre.
La simplicidad con la que Among Us nos deja tomar roles en la nave espacial hace que la deducción social sea aún más complicada. Nadie puede correr, saltar, disparar, golpear o hablar durante la partida. Los reportes por actitud sospechosa en donde “Siento que Camila me estuvo siguiendo hasta la sala del reactor y no confío demasiado en ella” nos pueden jugar en contra. Nadie se está mirando a la cara, es una comunicación por voz donde todos podemos usar una máscara. Y cuando creemos conocer bien a nuestros amigos, Among Us nos otorga un giro inesperado.
