The Last of Us lanza sus primeros compases con el repetitivo tic-tac de un reloj de pared. Joel y Sarah, padre e hija, sentados en el sillón del living. El reloj sigue advirtiendo el paso del tiempo. De repente, una sorpresa: “Te quejabas de que tu reloj estaba roto” le dice Sarah a su padre, y le obsequia un reloj de pulsera por su cumpleaños.
Lo primero que hace Joel es bromear a la niña con que el reloj estaba roto: ella se asusta, hasta que cae en el chiste. Luego, la cuestiona: “¿De dónde sacaste el dinero?”, y en ningún momento le agradece el gesto. Sarah se duerme.
Pasan unas horas. La niña se despierta en una ciudad completamente distinta, la cual entró en caos con la presencia de un virus que convierte a los humanos en peligrosas bestias. Con mucho miedo, Sarah se reúne con Joel y Tommy en un auto para huir hacia un lugar seguro antes de que sea demasiado tarde.
En el trayecto por la ruta podemos observar actitudes que resaltan la personalidad de los protagonistas, por ejemplo, cuando aparece una familia que pide ayuda a los gritos y que Joel decide abandonar a su suerte -una señal de su indiferencia con el resto de personas-. Minutos después, vemos a Tommy conduciendo por las calles de una ciudad que no encontraba demasiadas diferencias con la idea popular de un infierno. Había personas llorando, gritando, corriendo. Explosiones e incendios.
El auto recibe un choque lateral que lo voltea inmediatamente, y The Last of Us nos regala un plano clave en el que vemos a Sarah detrás de una ventana agrietada mientras intenta despertar a Joel luego de sufrir un desmayo por el accidente.
Cuando Joel despierta pasamos a controlarlo a él en vez de Sarah. El personaje se escabulle por un peligroso callejón en busca de una zona segura, pero el camino lo lleva a encontrarse con un soldado que desconfía tanto de él como de su hija, y le dispara para cumplir una orden de los altos cargos. Sarah muere.
Mato al tiempo
Más de veinte años después, Joel vuelve a entrar en escena usando el reloj que le regaló Sarah y con la misión de escoltar a Ellie hasta el clan Luciérnagas. En un principio, su relación es bastante tirante. Joel no soporta a la niña y Ellie tampoco tolera a ese viejo amargado.
Luego de varias secuencias jugables llegamos a una escena en la que Joel se recuesta sobre un sillón, acción que llama la atención de Ellie: “¿Qué haces?” Le pregunta. “Mato al tiempo” responde Joel. En ese momento, y sin saber qué hacer en una habitación a mitad de la tarde, la niña adopta un tono fanfarrón para responder: “Tu reloj está roto”, una frase que ayuda a que el jugador note el pequeño detalle.
El día en el que el tiempo se detuvo
El reloj de Sarah estaba roto, y todos sabemos que si un reloj no marca la hora, no sirve para nada. Sin embargo, para Joel el tiempo se detuvo con la muerte de su hija. Ni el paso de las estaciones -una característica fundamental para marcar los actos de The Last of Us– afectarían el carácter del personaje. Su hija se fue, y su vida perdió todo propósito. Joel necesitaba un nuevo motivo por el que luchar.
La relación entre Joel y Ellie que comenzó en un tira y afloja bastante incómodo se acomoda de a poco. Joel fue un padre que no supo aprovechar el tiempo con su hija Sarah, y cuando menos se lo esperaba la perdió para siempre. Pero la llegada de Ellie sería una segunda oportunidad.
Un acto puramente humano
El reloj de pulsera renueva su significado en el último acto. Luego de un largo viaje, Joel se encariña con Ellie y hasta podríamos decir que la adopta como hija, pero cuando llega al Centro de Luciérnagas se entera que la niña debía ser sacrificada para la creación de la vacuna. Sin pensarlo demasiado, Joel tomó la decisión de llevarse a Ellie. Cueste lo que cueste.
La escena del secuestro de Ellie en el Centro de Luciérnagas es una recreación a la inversa de la persecución con Sarah. Con la misma posición de cámara y la sofocante iluminación de la linterna de un soldado, vemos a un padre huyendo con un ser querido en brazos. Es Joel rescatando a su hija, una vez más, para sanar sus heridas. Y esta vez, ningún soldado lo detendría.
Más adelante, vemos a ambos personajes cruzando un bosque para llegar al pueblo de Jackson. En cierto momento, Joel brinda un comentario sobre Sarah -primera vez que habla abiertamente de su hija-. “Sarah y yo hacíamos caminatas así. Era muy buena, tenía que seguirle el ritmo” dice. “Creo… creo que las dos habrían sido buenas amigas. Creo que te habría agradado. Sé que le habrías agradado” agrega. La muerte de una hija es insuperable, pero la existencia de Ellie cubre el vacío con el que Joel vivió más de veinte años.
Antes de partir al destino final, Ellie detiene a Joel para revelar que, cuando la mordieron en Boston -y obtuvo la inmunidad- también mordieron a su mejor amiga, pero ella no logró vivir. “No sabíamos qué hacer, así que ella dijo ‘solo hay que esperar. Podemos ser poéticas y perder la cordura juntas’” menciona Ellie. “Solo espero mi turno. Su nombre era Riley y fue la primera en morir. Luego Tess. Luego Sam” agrega, con una angustia a punto de estallar en lágrimas. Joel le responde: “Luché por mucho tiempo con la idea de sobrevivir, y tú -apoya la mano sobre el reloj roto de Sarah- no importa qué pase, tienes que encontrar algo por lo que luchar”.
Llegamos al desenlace que hasta el día de hoy sigue generando conversaciones. La promesa de Joel hacia Ellie de que en el Centro de Luciérnagas había muchas personas inmunes como ella, lo cual era mentira. Como una decisión egoísta, pero puramente humana, Joel recuperó lo que le fue arrebatado. Un motivo por el que luchar, sobrevivir. Y volver a vivir el paso del tiempo.
The Last of Us: «El reloj roto de Joel volvió a funcionar con la llegada de Ellie» forma parte de una columna semanal de SoloJugadores.
