Cada vez que David Cage habla de Heavy Rain, expone cierto cariño. A pesar del lanzamiento de Fahrenheit, videojuego que revolvió las aguas con su particular estilo narrativo, Heavy Rain se puso más serio en el asunto, y ello gustó demasiado tanto en 2010, como en la actualidad. Su historia inicia con un hecho angustiante. Ethan Mars, uno de los personajes jugables, va de compras a un Shopping con su familia y en una pequeña distracción, uno de sus hijos se pierde. Momentos más tarde, la desgracia azota al protagonista al ver directamente como un conductor atropella a su hijo.
En seguida, la narrativa comienza a mostrar su arma principal: el dramatismo. Heavy Rain se nutre de un acompañamiento musical espléndido, el cual raspa los sentimientos más profundos del jugador, hasta identificarlo con Ethan Mars y el resto de protagonistas de la historia. Porque, de hecho, Ethan Mars dejará su marca en los primeros quince minutos del videojuego, sin embargo, la historia arranca un tiempo después.
El núcleo narrativo de Heavy Rain lo compone el misterio que rodea a un personaje, el Asesino del Origami, un sujeto que secuestra niños en otoño y aprovecha el clima lluvioso para ahogarlos, dejando un Origami sobre el cuerpo de las víctimas. La macabra manera de accionar del asesino tendrá un impacto en un grupo de personajes que iremos controlando a lo largo de la campaña. Uno de ellos, como mencioné, es Ethan Mars, pero también nos pondremos en los zapatos de un investigador privado, un agente del FBI y una muchacha de la que poco sabremos. Todos ellos, con el mismo objetivo: detener al Asesino del Origami.
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