Análisis de Rogue Legacy 2 para PS4, PS5, Xbox One, Series X|S, Nintendo Switch y PC, videojuego roguelike desarrollado por Cellar Door Games.
El pasado mes de junio, el equipo de Cellar Door Games lanzó al mercado la secuela de Rogue Legacy, uno de los mejores metroidvania de los últimos años. ¿Su premisa? La exploración de un mundo fantástico a través de herencias familiares tan buenas como malas.
Herencia familiar
Rogue Legacy 2 se presenta como un “rogue-lite genealógico”, es decir, un juego roguelike como cualquier otro, pero que rota a sus personajes principales a través de un árbol genealógico.
La campaña de Rogue Legacy 2 no tiene ni uno ni dos protagonistas, tampoco tres ni cuatro. El protagonismo está puesto en “la familia” que nosotros mismos creamos a través del legado y las herencias que dejamos a través de las partidas: en cada batalla contra bestias feroces, en cada cueva secreta y terreno explorado. Una vez el personaje muere, pasa algunas de sus cualidades a su familiar más cercano, quien continuará la aventura con un poquito más de “experiencia” en todo sentido de la palabra.
De la prosperidad al colapso
El mundo en el que nos sumergimos para tener esta aventura se llama “El reino”, y es una locación que esconde una interesante historia de prosperidad y colapso. Esto se expone en la interacción con personajes, pero también con el mismo mundo y sus biomas con terrenos áridos, calurosos, caóticos y religiosos.
De esas secuelas que superan todo
Lo más lindo de Rogue Legacy 2 es que es una de esas secuelas que realmente superan la experiencia de su antecesor. Estamos ante un RPG mucho más grande y definido en todas sus facetas: la progresión es más clara y variada (con la inclusión de modificadores de oro, reliquias y una distribución de herencias) y la posibilidad de elegir entre 15 clases dispara cientos de aventuras en el poderoso mundo de El reino.
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