Review de My Time at Sandrock en PC, RPG desarrollado por Pathea Games.
Si alguna vez jugaste My Time at Portia sabés que, una vez iniciada la campaña, tu productividad se cae a pedazos. La adictiva propuesta de Pathea Games recibió una secuela, My Time at Sandrock, la cual nos trae devuelta todo lo que nos enganchó en aquella primera aventura en la hermosa ciudad de Portia. Una vez más, volvimos a ser hipnotizados.
Devolviéndole la gloria a Sandrock
My Time at Sandrock nos pone en la piel de un constructor experto que viaja a la ciudad de Sandrock, una pequeña locación que, en algún momento del pasado, tuvo toda la gloria, pero hoy en día lucha por sobrevivir a las realidades económicas y medioambientales de su desértico paisaje. En este contexto, nuestra misión es bastante evidente: tenemos que recuperar la vitalidad de la ciudad de Sandrock. Tiene que volver a ser grande.
Los habitantes de Sandrock nos brindan numerosos encargos para reconstruir la ciudad: reparar máquinas, buscar recursos, sembrar alimentos, criar animales, entre muchas cosas más. Son actividades que nos mantienen ocupados durante mucho tiempo y que se profundizan cada vez más.
Combates en mazmorras y emboscadas en minas
En ocasiones, las máquinas para construir exigirán recursos raros que tendremos que minar o buscar en mazmorras, lo que nos presentará una de las facetas más importantes del juego: los combates en tercera persona. Hay enemigos que esperan en las minas para una emboscada, y robots y lagartos de una civilización perdida en lo más profundo de las mazmorras. Por supuesto, así como progresamos en las actividades granjeras, también lo hacemos en los apartados de combate con desbloqueos de varias armas.
El tiempo pasa con un ciclo de día y noche, y los días corretean entre las cuatro estaciones del año con una naturalidad sorprendente. Fuera de las misiones principales de reconstrucción de la ciudad, granja y exploración de mazmorras, My Time at Sandrock nos permite socializar con los habitantes de la ciudad para entablar amistades, romances y realizar misiones secundarias mucho más sencillas.
¿No queremos trabajar más? No hay problema. Podemos dejar que las construcciones se realicen en segundo plano e ir a nuestro taller para personalizarlo: comprar muebles, pintarlo, decorarlo. Otra opción, mucho más divertida, es pasear. Hay atracciones de todo tipo, actividades para socializar y salir de noche.
My Time at Sandrock es tan atrapante como su precuela
My Time at Sandrock es un RPG tan atrapante que la reconstrucción de la ciudad pasa a ser nuestra misión principal en la vida real. Todos los días buscamos un pedacito de tiempo para avanzar en los encargos, explorar alguna que otra mazmorra en busca de recursos extraños y asegurarnos de que todos los habitantes de Sandrock están bien. Si ellos son felices, nosotros somos felices.
