Reseña de Maquette, videojuego con puzzles y walking simulator de Graceful Decay y Annapurna Interactive.
Con ese potencial artístico que tanto nos gusta de las producciones de Annapurna Interactive, Maquette llegó a nosotros con muchísimas expectativas. Su atractiva premisa nos abre un mundo en el que tendremos que resolver puzzles a través de una maqueta la cual modifica nuestra realidad. Un concepto llamativo y, quizás, un poco complicado de comprender.
“Buenos días, girasol” es la primera frase que nos muestra Maquette en un muro, y como cualquier walking simulator continúa el desarrollo de su historia, en este caso de amor y drama, a través de diálogos entre personajes y razonamientos escritos en algún punto del ambiente: una pared, una puerta, un árbol o el cielo. En ocasiones, acompañan las voces de los mismos protagonistas mientras la pantalla recrea el momento con ilustraciones metafóricas, coloridas e hipnotizantes (aves revoloteando en sintonía, vegetación en crecimiento, etcétera).
En Maquette seguimos la historia de amor de Kenzie (Bryce Dallas Howard) y Michael (Seth Gabel): desde el flechazo que los unió instantáneamente, pasando por proyectos de pareja y sueños que se deshicieron en el camino. Algo que debemos destacar es la enorme calidad de los doblajes, los cuales nos acercan muchísimo a las escenas románticas, de tensión, diversión y drama. Son momentos comparables con la escucha de un audiolibro que nos roba una sonrisa, una mueca de incomodidad o una lágrima de tristeza.
Maquette es un juego de puzzles, y uno demasiado complicado
El estilo de narración de Maquette se nutre de los mejores walking simulators: Gone Home, o What Remains of Editch Finch. Hay entornos inmersivos que se construyen en tiempo real y en sintonía con fragmentos de la historia, pero también acompañan una serie de temas musicales que hacen de opening de cada capítulo, empezando con Tidal Waves de Meredith Edgar, siguiendo con San Francisco Nights de The California Dreamers o A Rocketship de Benoit Cavara, entre muchos otros. Son canciones perfectas para enmarcar el momento y darnos un pequeño empujón emocional para seguir reconstruyendo la relación de Kenzie y Michael.
Pero, más que walking simulator, Maquette es un videojuego de puzzles, y uno demasiado complicado. Para que la narrativa se desarrolle, nosotros debemos interactuar en un entorno abierto con castillos, torres, casas y un montón de objetos figurativos del estado de relación de los protagonistas.
Cambiando tamaños, perspectivas y mundos a través de una maqueta
Apenas en el principio, por ejemplo, nos veremos rodeados por castillos, puertas bloqueadas, puentes destruidos y otros elementos que rodean una cúpula enorme. Si entramos allí, veremos una maqueta con el «mundo real» a escala menor, y en la que debemos interactuar para abrirnos paso. De esta forma, si tomamos una pequeña llave y la dejamos en la maqueta, ésta aumentará su tamaño cuando salgamos de la cúpula, hasta llegar al punto de ser imposible de recoger. También podemos actuar a la inversa: si dejamos un objeto enorme fuera de la cúpula y lo recogemos en la maqueta, éste será más chiquito.
La maqueta funciona como mecánica central en el sistema de puzzles de Maquette. Debemos agrandar una llave para usarla de puente o achicarla para abrir una puerta; lanzar objetos por las pequeñas casas de la maqueta para que estén disponibles en el exterior de la cúpula o posicionarlos estratégicamente para que hagan de escalera. Todo pasa a través de esa pequeña representación de nuestro mundo. Sin embargo, el hecho de que los entornos sean abiertos y se nos permita probar con varios objetos, tamaños, posiciones y perspectivas, complica demasiado las cosas. Los puzzles de Maquette solo tienen una solución y no es ni lógica ni lineal. A veces, podríamos resolver un puzzle y sentir que “Algo hicimos mal, pero igual funcionó”. Hay muy pocos tutoriales y guías visuales que, al menos, nos den una mano para aprender a interactuar con el entorno. Luego de la primera hora, todo se resuelve a prueba y error, muchos errores, de hecho, y totalmente innecesarios.
Una hermosa propuesta estancada en múltiples puzzles enrevesados
Y es que, cuando la narrativa fluye entre sus hermosos diálogos actuados y sus escenarios decorados con una potente dirección artística, Maquette nos sumerge en una experiencia que no querremos soltar jamás. Los puzzles, que en parte acompañan con metáforas a la historia, no hacen más que hundir el ritmo de juego en 30 minutos o incluso una hora para probar las mil y una posibilidades de interacción: ¿Nos encogemos o actuamos desde la maqueta? ¿Tomamos uno u otro objeto? ¿Lo achicamos o lo agrandamos? ¿Dónde ponemos el objeto, en qué posición y tamaño ¿Para qué lo usamos?
Maquette puede durar, tranquilamente, unas 3 horas y contarnos una hermosa historia de amor y drama con puzzles que hagan de puente entre la tranquilidad de caminar entre diálogos y la resolución de problemas a través de objetos metafóricos. La realidad es que su propuesta puede ser original, artísticamente excelente y repleta de momentos emocionantes, pero la frustración que sentiremos por su enrevesado sistema de puzzles es una espina que pincha con dolor cada vez que visitamos la maqueta.
Podrás encontrar mucha más información sobre Maquette en nuestra completa cobertura.
| Modos de juego | Un jugador |
| Duración | 3 a 6 horas |
| Rendimiento | Algunas ralentizaciones en consolas |
| Idioma | Textos en español, voces en inglés |
| Accesibilidad | Sin opciones |
| ¿Es necesario jugar algún título anterior? | No |
| Desarrolladora | Graceful Decay |
| Editora | Annapurna Interactive |
| Plataformas | Disponible en PS4, PS5 y PC (Steam) |
| Plataforma de reseña | PS4 (slim) |
